Cada año, la coraza de agua de mar congelada flotando en la superficie del Océano Ártico y sus mares vecinos se derrite durante la primavera y el verano y vuelve a crecer en los meses de otoño e invierno, alcanzando su punto máximo anual entre febrero y abril. Pero ahora cuando el Ártico debería registrar su máximo histórico registra los niveles más bajos detectados en esta época del año, según los datos del National Snow and Ice Data Center (NSIDC) y la NASA.
El calentamiento ha sido excepcional en gran parte del Ártico y del hemisferio norte, con más de 4ºC de calentamiento. Tanto es así que, aunque parezca un contrasentido, en el mes de diciembre se acuñó la expresión «ola de calor polar». Un evento sin precedentes en el Polo Norte que hizo que se acercaran, o tal vez incluso superaron, el punto de congelación.
Y es que el Ártico se está calentando dos o tres veces más rápido que el resto del planeta y los cambios están ocurriendo en todas las estaciones y en todas las regiones. La extensión máxima de hielo marino alcanzada el pasado 24 de marzo fue de una superficie de 14,52 millones de kilómetros cuadrados. Es la extensión más baja jamás registrada tras el invierno por segundo año consecutivo.
Además del calor, los patrones de viento durante enero y febrero también fueron desfavorables para el crecimiento del hielo. La temperatura del aire sobre el océano Ártico para los meses de diciembre, enero y febrero fue de 2 a 6 grados centígrados por encima de la media en casi todas las regiones.
Observar el deshielo en este vídeo: http://www.abc.es/sociedad/abci-avanza-deshielo-artico-4821622573001-20160329055122_video.html
BIBLIOGRAFIA